Con la reducción de presupuesto para la temporada que viene, las bases tendrían más protagonismo en el futuro plantel celeste.
JAVIER NAVARRO | Ideal.es
Javilillo, autor de tres de los cinco goles con acento ejidense.
A falta de 25 días para alcanzar el límite para liquidar sus deudas que es el 30 de junio, el Polideportivo Ejido se encuentra luchando contrarreloj día tras día, intentado acaparar el mayor número de beneficios posibles que dejen en cero -o lo más cercano posible- esos 320.000 euros que son necesarios para conservar su plaza en Segunda B y para sobrevivir a la crisis económica.
En el caso de que la entidad celeste lograra superar este enorme obstáculo, con el que ya se topara en las dos temporadas pasadas, desde la directiva se ha comentado que el futuro proyecto será bastante más modesto de lo que ya era, reduciéndose el presupuesto aproximadamente a la mitad con respecto al que ha habido para este año, de modo que el del año que viene se establecería en 500.000 euros o 600.000, como mucho.
No obstante, tras el 30 de junio llegará el momento de la planificación del proyecto, el cual ha de recibir el 'OK' de los administradores judiciales que tiene el Poli por aquello de la Ley Concursal, así que el 22 de julio será otra fecha clave de cara a la supervivencia del club que preside Bernardo Fornieles.
¿Cantera protagonista?
Es en circunstancias como las que está padeciendo el Polideportivo Ejido, cuando los clubes han de buscar el reducir al máximo sus gastos, mediante una economía de subsistencia, que en términos futbolísticos significa aprovechar lo que se tiene en casa, sabiendo aprovechar lo que pueda ofrecer la cantera.
Ésta es una idea que ha rondado durante varios años por el entorno celeste -sobre todo entre los aficionados-, dado que el Poli ha podido presumir de tener unas bases bien trabajadas, pero que conforme iba pasando el tiempo, muy pocos eran los jugadores que terminaban formando parte, no ya del primer equipo, sino incluso del filial.
De esta manera, parecía que el 'tope' al que un canterano -salvo magníficas excepciones- podía aspirar, era un equipo Juvenil A que andaba a caballo entre la Liga Nacional y la División de Honor, lo que hacía que el nivel de exigencia fuera mayor.
La desmembración del Poli B dejó al juvenil División de Honor como el 'filial' y máximo exponente de la cantera celeste y, las carencias y urgencias de esta campaña han provocado que el número de canteranos trabajando con la primera plantilla fuese el más grande que se recuerda, desde la definitiva profesionalización del club.
Nuevos 'héroes'
Así, la temporada comenzó con los ejidenses Javilillo, Dani Cara y Escobar, además del veratense Manzano -procedente del juvenil-, como representantes de la centera; aunque a mediados de octubre el lateral de Las Norias tuvo que ceder su ficha al guardameta Javi Ruiz, tras la grave lesión que se produjo Guillermo Ubierna, por lo que Escobar se marchó al Polideportivo Berja de Primera Andaluza.
Con Manzano lesionado durante los dos primeros tercios del campeonato -debutó en la jornada 28-, Javilillo y Dani Cara se veían como las únicas voces de la cantera en la primera plantilla, pero a ellos se le unió el cancerbero Juanjo Tarifa, quien con las lesiones de Ubierna y Valerio, se convirtió en un miembro más del Poli 'grande' e, incluso, fue el héroe en algún que otro partido de los que jugó, con sus buenas intervenciones.
También otros canteranos fueron llamados para entrenar con el primer equipo, como fueron Lorenzo, Armonio y Lázaro, quienes debido a la imposibilidad del club de poder tramitar fichas por la deuda a ex técnicos, no tuvieron la oportunidad de debutar en Segunda B; quizás la próxima campaña, alguno de ellos o todos lo hagan.
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