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viernes, 12 de febrero de 2016

Los guti, rivales, compañeros y hermanos

Los guti, rivales, compañeros y hermanos
PABLO LAYNEZ  | VÍCAR  11.02.2016



No van a cobrar millones, de momento, en el CD Ejido. No van a tener miles de seguidores, de momento, en las redes sociales. Tampoco van a pedirles centenares de entrevistas, de momento, cada fin de semana cuando terminen un partido con su equipo. Ni tan siquiera van a firmar, de momento, decenas de autógrafos a los hinchas celestes. Todo eso no es nada más que postureo a los ojos de los canteranos, no es lo más importante en el día a día de ese futbolista que se identifica hasta la médula con la camiseta y el escudo de su club. Por supuesto que les encantaría vivir del fútbol y cobrar una nómina aceptable, pero hay quien goza más pateando un balón que siendo transferido de club a club como mercancía. Y si encima uno de tus compañeros de vestuario lleva los mismos apellidos, difícilmente se venderían a otro equipo por un puñado de euros más.

Ver jugar a los Guti, Darío y Rubén, es darse cuenta a la primera que han nacido para defender los mismos colores. No sólo por lo bien que se entienden cuando saltan al césped, sino porque su filosofía balompédica es la que hace grande a esas categorías de base que, por desgracia, salen más en los medios de comunicación por peleas y sucesos desagradables, que por el interés real que levanta que el CD Ejido y Comarca del Mármol hayan empatado en Guadix y Huétor Tájar, como ocurrió este fin de semana. El fútbol romántico, el futbolista que se identifica con sus colores, mueve menos que las caras de Cristiano Ronaldo o las patochadas en la red de Piqué.

Son seis años los que separan a los hermanos Gutiérrez Manzano, que si bien coincidieron en el Ciudad de Vícar en equipos de diferentes categorías, nunca habían compartido vestuario con el derecho propio a percha que tiene un componente de la primera plantilla. Antes de llegar al CD Ejido, lo que sí habían hecho era enfrentarse como rivales. El lateral derecho y más veterano, Rubén, ya vestía de celeste, mientras que su hermano, el delantero Darío, todavía estaba en las bases, en este caso de la UD Almería. "En mi equipo lo quiero más que a nadie, pero cuando hemos jugado en contra, no pienso que es un rival", reconoce el mayor de los Guti recordando ese partido veraniego de hace dos temporadas en Santo Domingo.

Rubén fue uno de los artífices del ascenso ejidense y se convirtió en uno de los capitanes del equipo, mientras que Darío no tuvo fortuna en las canteras de Almería y Recreativo de Huelva y atendió a la llamada celeste en busca de la consolidación en Tercera primero y del deseado retorno a Segunda B después.

Fue en Martos donde debutaron juntos y, además, lo hicieron con gol que celebrar incluido. "¡Qué cara de loco puso mi hermano cuando venía a abrazarme", dice con una sonrisa el joven Darío mientras su prójimo se apresura a recordar otros goles que en la vida olvidarán: "El 27 de septiembre, cumpleaño de Darío, marcamos por primera vez los dos juntos ante el Huétor Tájar. En Atarfe también lo hicimos, qué salto dio en el banquillo mi hermano cuando me vio colar el 1-3. Mi padre estaba contentísimo en la grada", como es normal, puesto que su familia es seguidora incombustible jueguen en el campo que jueguen.

Con el equipo encaramado a la zona alta y con la ilusión de todo El Ejido por bandera, los Guti sueñan con vivir su primer ascenso juntos. "Sería algo para recordar, para nuestra historia y lo más importante, para la historia del club. No lo tenemos como objetivo, pero vamos a luchar hasta la última jornada por conseguirlo", finalizan cargados de optimismo desde la rotonda más deportiva del corazón del Poniente.
Los guti, rivales, compañeros y hermanos

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