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martes, 19 de marzo de 2013

El renacer del sentimiento celeste

Estos pequeños son ya las jóvenes promesas del CD El Ejido :: E. GRANJA

Son niños y aunque apenas se den cuenta, su pasión ha devuelto a El Ejido la ilusión por el fútbol
ELIZABETH DE LA CRUZ ecruzgranja@hotmail.com / IDEAL EL EJIDO

Ellos son los protagonistas. Elisei Naumov, Mario Cavielles, Javi Jiménez, Pablo López, Dani Pérez, Pablo Aguilera, José Manuel Gómez, Eu Rodríguez, Fran García, José Carlos Fornieles, Jaime Díaz, Daniel Moreno, Kevin Escobar y Antonio Ibáñez. Porque aunque aún ni se percaten de todo lo que su llegada al fútbol significa, estos 14 pequeños que conforman la plantilla de la categoría Bebé del Club Deportivo El Ejido están devolviendo las ganas y la ilusión por un futuro, que por otro lado ya promete, a todo un pueblo que había quedado algo tocado a nivel futbolístico tras la desaparición del mítico Polideportivo Ejido.
Porque con solo cuatro y cinco años estos pequeños ejidenses serán quienes formen en el futuro la cantera de un club, que ha necesitado refundarse para dar cabida a quienes son ya partícipes de una nueva forma de entender el fútbol. Y por eso, por ser los primeros en marcar una nueva era en El Ejido, merecen también un especial reconocimiento.
José Carlos Fornieles es uno de ellos. Tiene cinco años pero si se le pregunta cuando arrancó su pasión por el fútbol, ni siquiera lo recuerda. Como reconocen sus padres, la motivación por este deporte le llegó cuando todavía no levantaba ni un palmo del suelo. A José Carlos le encanta el Barça y en especial Messi, Iniesta, Pujol y David Villa, pero cuando juega la selección es cosa bien distinta. «También soy del España», se apresura a decir.
De la selección española y en especial de su equipo, el Club Deportivo El Ejido. Porque cada martes y jueves cuando llega la hora de entrenar, el nerviosismo y la impaciencia invaden a este pequeño. «Se enfada mucho si por ejemplo, un día no lo llevamos a entrenar porque a lo mejor está enfermo», explica su madre. Porque al igual que para sus trece compañeros de equipo, la pasión por el fútbol es casi lo primero.
Y el encargado de liderar este joven pero prometedor equipo es José Antonio López. Para este virgitano que lleva de un modo u otra toda su vida dedicada al fútbol, «la satisfacción que te ofrece trabajar con ellos, no es la misma que con otras categorías». Quizás sea también por sus ocurrencias, sus ganas de vivir y de llegar lejos en la vida, por lo que este entrenador afirma una y otra vez que trabajar con los más pequeños es lo que más le reconforta.
Eso sí, como rápidamente aclara, lo principal es «educarlos en el deporte del fútbol, pero sin tener en cuenta una clasificación o puntuación, porque ahora mismo eso no tiene importancia, la verdadera importancia está en inculcarles unos valores». Unos valores que parten desde el respeto más profundo y el sentimiento de equipo. «Yo desde el principio se lo he dejado claro, somos un equipo y nos tenemos que ayudar, todos van a jugar en todas las posiciones y el que proteste sabe que se puede quedar en el banquillo», señala López.
Porque como subraya el entrenador, «en esta categoría no se compite, de hecho, le llamamos concentración o convivencia». Además, según añade, en estos partidos «se pueden hacer todos los cambios que se quieran, juegan ocho para ocho, no hay fueras de juego ni cesiones al portero, los entrenadores podemos meternos en el campo para dar las instrucciones, en un momento dado el árbitro puede parar el juego para explicarles cómo se saca una falta o un saque de esquina... En definitiva, se les facilita un poco la práctica de este deporte para no agobiarles, y hacer que disfruten y se lo pasen bien que es lo realmente importante», matiza. Tanto es así, argumenta López que «a los padres se les hace partícipes de esos valores porque por ejemplo en el momento en el que se escucha una palabra malsonante se puede llegar a parar el partido, y si es por segunda vez el árbitro puede suspenderlo y expulsar incluso a los padres del campo», destaca.
Todo, como explica este entrenador, con el objetivo final de que padres, árbitros y entrenadores sean conscientes de la importancia y necesidad de «educarles e inculcarles unos valores además de enseñarles a practicar un deporte». Y así, cada martes y jueves el Estadio Municipal de Santo Domingo acoge el entrenamiento de estas pequeñas promesas del fútbol durante una hora. «Como son tan pequeños no hacemos con ellos un trabajo demasiado físico. Hay que motivarles, hacerles el entrenamiento ameno, por eso ahora lo único que trabajamos es el toque de balón, control, pase y mucho trabajo de coordinación porque ellos son esponjas ahora mismo», subraya.
Tras el calentamiento inicial, los niños se colocan por parejas y realizan pases de balón, mientras el entrenador aprovecha junto al portero del equipo para que practique distintas paradas, antes de dar paso a un pequeño partido.
Y mientras tanto, las madres y los padres de estos niños no pueden disimular su gran sonrisa. Les observan muy atentos desde las gradas, y algunos incluso se atreven a dar instrucciones y directrices a sus hijos. Sin duda, la pasión por el fútbol en sus pequeños a menudo es inculcada por ellos mismos, por lo que los avances que cada día los niños protagonizan son también un gran premio para ellos.
De las cuatro concentraciones que tenían previstas, el mal tiempo ha hecho que solo hayan podido asistir a dos, aunque para López, el resultado demostrado ha sido «más que positivo». Por eso, para premiar su esfuerzo, hoy a partir del mediodía, estos pequeños aunque futuros grandes futbolistas tendrán su momento en el descanso del partido que juega en casa el primer equipo contra el Atlético de Benahadux.
Porque se llame al equipo como se llame, lo que está claro es que el sentimiento celeste ha vuelto a nacer, junto a estos niños, en El Ejido.
El renacer del sentimiento celeste. Ideal

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